¡¡Por fin viernes!!
Para celebrarlo os voy a dar una de mis recetas fetiche, con ella siempre triunfo: mi famoso guacamole. Es muy muy fácil de hacer y el resultado siempre es genial. No volveréis a comprarlo precocinado… (eso espero!)
INGREDIENTES:
Importante: comprad los aguacates más maduros que encontréis. Si no los hay maduros, se pueden comprar dos o tres días antes para que maduren en casa.
ELABORACIÓN:
1. Se pela y se aplasta el aguacate, idealmente con un tenedor. Si está duro se corta en trozos.
2. Se pela y se pica la cebolla y el tomate.
3. Se mezcla todo y se pasa por la picadora o batidora (yo no lo trituro del todo porque me gusta que se vean los trocitos, pero esto es a gusto del consumidor).
4. Se sazona y se aliña al gusto y se añade el zumo de medio limón (yo lo exprimo con la mano).
Un truco: si lo vais a hacer unas horas antes de tomarlo, poned el hueso del aguacate sobre el guacamole y guardadlo en la nevera cubierto con papel film, para que no se oxide. Si por lo que sea se os olvida y se oxida, se puede quitar la capa superior y volveréis a ver el verde aguacate chillón precioso.
Modos de consumo: a mí personalmente me pirra y se lo echaría a todo. Normalmente lo preparamos cuando hacemos “cena mexicana” (si hay algún mexicano en la sala, ruego me perdone!): se corta en tiras y se fríe pimiento rojo, pimiento verde, cebolla y pollo. Se calientan tortillas de maíz y se pone todo en la mesa, junto con tiras de queso y tomate natural en dados para mezclar en las fajitas. Todo ello acompañado por un buen cuenco de nachos.
Además se lo podéis poner a hamburguesas, sándwiches, ensaladas o simplemente de aperitivo con patatas o nachos… Ya me contaréis si se os ocurren más formas de comerlo!
¡Que lo disfrutéis!
FELIZ FIN DE SEMANA